El teatro en la sombra

¿Quieres asomarte al apasionante mundo del teatro de sombras? ¿Buscas un entretenimiento sano y divertido que saque a tus niños de la rutina? ¡Estás en el lugar adecuado! Sigue leyendo y descubre los orígenes de este tipo de representaciones.
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Casi tan antiguos como el mismo ser humano son los primeros antecedentes del teatro de sombras. Ya en las cavernas, en la Prehistoria, los hombres primitivos proyectaban figuras hechas con sus cuerpos delante de las hogueras que calentaban sus hogares, formando así sombras teatrales. Sin embargo, para relacionar esta práctica directamente con las artes escénicas, nos tenemos que desplazar a China y a India, donde se empezaron a usar marionetas para representar mitos y enseñanzas morales; y debemos remontarnos para ello al siglo II a. C.

Una hermosa leyenda China de hace más de 2000 años.

Existe una hermosa leyenda china que cuenta el origen del teatro de sombras chinescas. Según esta historia, situada temporalmente durante la dinastía Han Occidental, el emperador Wu-Ti (156–87 a. C.) se apenó mucho ante la pérdida de su concubina favorita, llamada Li, quien había muerto por causa de una terrible enfermedad. Nadie en todo el Imperio fue capaz, entonces, de animar al alicaído emperador, hasta que, un buen día, un ministro llamado Sha-Wong le dijo que él era capaz de hacer revivir a su amada.
Así, el ministro, inspirado por un niño que jugaba con un muñeco en la calle, cuya sombra reflejada en el suelo parecía cobrar vida, ordenó a los sirvientes del palacio que confeccionaran una figura de Li con telas de los más variopintos colores, madera y algodón; y les mandó colocar unos palos de madera en las extremidades para poder manejarla y moverla con solvencia.
De este modo, Sha-Wong, utilizando una amplia cortina, unas cuantas lámparas de aceite y la más absoluta de las oscuridades, fue capaz de recrear la ilusión óptica de que el espíritu de Li, la amada del emperador Wu-Ti, había vuelto a la vida. El hombre, colmado de consuelo y gratitud, quedó encantado con la propuesta de su ministro, y a partir de entonces toda la Corte Imperial empezó a utilizar los espectáculos de sombras chinescas como su principal fuente de entretenimiento.
El teatro de sombras chino, perteneciente desde el año 2011 a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad según la Unesco, se considera en nuestros días un género teatral propio. Se interpreta, al igual que en tiempos de la dinastía Han Occidental, con una serie de muñecos que representan a personajes diversos, confeccionados utilizando cuero, madera o papel.
Este tipo de espectáculos destacan también por sus canciones, que acompañan adecuadamente al show. Una pantalla se ilumina por detrás y los marionetistas manipulan las figuras, para crear la ilusión óptica de que son seres con vida propia.

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