Las emociones teatrales nacidas del teatro de sombras.
Sin embargo, existen también otras modalidades de representaciones teatrales en las que los actores no tienen tanto protagonismo, en las que la magia recae directamente sobre las historias.

Con mi pantalón de estrellas vengo a ver UN TROCITO DE LUNA de A la Sombrita
En estos casos, la simple capacidad de aportar verdad a la ficción que tienen los actores, no es suficiente para explicar esa involucración emocional.
Pero esto tiene una explicación lógica y sencilla:
acudir al teatro te permite expresar libremente tus sentimientos.
Si ya has visto algunos de nuestros espectáculos, habrás observado cómo durante las representaciones los sentimientos de tus vecinos de butaca eran evidentes y distintos.
Y es que, al igual que ocurre con el teatro en general, en el teatro de sombras, la música, las voces y la luz de cada instante puede hacer revertir sensaciones en el espectador.
Esto se debe a que el ser humano es capaz de empatizar.
A que, pese a que la historia carezca de rostros visibles, como ocurre en el teatro de la sombra, sí somos capaces de proyectar en lo que vemos nuestras propias vivencias.(
Como decimos en “Cuentos de Pocas Luces” cada uno ve lo que necesita ver)
Obviamente, no hemos luchado contra un dragón, pero sí hemos podido transformarlo en nuestros propios demonios, dejando que la emoción por enfrentarnos a él aflore.
El teatro nos permite, así, expresar libremente nuestros sentimientos a través de las historias narradas, convirtiéndose en vía de escape para nuestras propias emociones.
Como ves, durante las representaciones teatrales los espectadores son capaces de caer en una catarsis sentimental.
En esos momentos, se es capaz de sentir como propios los sentimientos y emociones que viven los actores, los títeres.
Pero ¿es esa la única razón o la empatía tiene un valor esencial en esa involucración emocional?
¿Tú qué crees?