Las artes escénicas las conocemos como práctica y estudio de cualquier forma de expresarse, ya sea a través del universo de la danza, música, teatro, o como forma general de espectáculo.

Si te has preguntado sobre sus orígenes, estás en el lugar adecuado, pues con esta breve reseña, queremos adentrarnos en su historia, en la de cómo el hombre se expresa, conocida como una necesidad de la propia condición de ser humano, una capacidad intrínseca.

El ser humano, con todo nuestro ser, somos un ser que piensa, siente y recibe el mundo de una manera distinta, y de ahí que surjan distintas formas de expresión acorde a cada visión.

Una necesidad de exponer lo que sentimos de una manera original, es a través de los sonidos, palabras, imágenes u otros materiales, y surge con ello, la figura del artista. Creador y partícipe de una obra en concreto.

Evolución de las artes escénicas

El artista pone a exposición todos sus conocimientos, sensibilidad, inteligencia, esfuerzo e inspiración en un proceso de creación de un espectáculo, con la intención de crear un sentimiento en el público que lo va a recibir, un placer y una satisfacción que se transmite de creador a espectador.

Además, necesita crear una obra que, a su vez, perdure en el tiempo y no sea efímera.

Artesano, comunicador y técnico, ese es el artista, plasma su mensaje en la obra, esperando que sea apreciado y descifrado por los demás.

Conozcamos pues, las artes escénicas, sea cual sea su expresión, como música, danza o teatro, con la necesidad siempre de un público.

En sus inicios, sin embargo, la música y la danza, por ejemplo, eran consideradas manifestaciones especiales que realizaban los magos de las tribus con la finalidad de ahuyentar los malos espíritus.

El teatro también conoció otras formas diferentes de realización como la caza, dentro de los rituales mágicos que existían en la antigüedad, y en su forma occidental, proviene de Atenas en los siglos VI y V a.C creado en un foso con forma cóncava, donde se celebraban ritos que hacían honor a Dionisos, representandose de formas distintas según cada ciudad.

En los inicios, la obra de teatro se recreaba con un solo autor, ambientado con una mesa junto al altar de Dionisos, dialogando con el coro.

Con el paso de los años, los actores fueron en aumento y se construyeron gradas para reunir a más público.

En cuanto al decorado, introducido por Agatardo, se colocaron prismas giratorios en las puertas ubicadas en el fondo decoradas con géneros teatrales en sus caras.

Existía un acuerdo en dividir donde se representaba una obra en función del género, así las comedias tenían lugar en calles, plazas e interiores; la tragedia en palacios y templos y la sátira en lugares abiertos agrestes.

Las artes escénicas, y más concretamente el teatro, han evolucionado en la decoración o el número de actores que representan una obra, pero han mantenido la esencia de sus orígenes, como el espacio arquitectónico, su carácter lúdico y de aprendizaje, y constituir una forma de arte viva y a veces efímera, pero que necesita de un público que disfrute de esa magia.


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